Historias bíblicas para niños

Por Marina Mariscal Muñoz. 16 octubre 2020

Historias bíblicas para niños

La Biblia está repleta de historias que todos hemos escuchado alguna que otra vez. Son leyendas bajo las cuales se encuentran lecciones para niños tan educativas como inspiradoras, y algunas de las más conocidas son El arca de Noé, Adán y Eva, la historia de David y Goliat, etc.

Estas narraciones han acabado formando parte del imaginario colectivo de muchas sociedades, y no podemos olvidar que una de las mayores audiencias de estas historias bíblicas son los niños y las niñas. Es por ello que, a lo largo de la historia, muchas de las leyendas del Libro Sagrado han sido adaptadas a un lenguaje más sencillo y cercano. ¿Quieres que los más pequeños descubran los secretos de las historias bíblicas? En el siguiente artículo de un COMO te proponemos una recopilación de las mejores historias bíblicas para niños; leyendas que despertarán su curiosidad y que les divertirán a la vez. ¡Vamos allá!

Índice

  1. La historia de Nicodemo
  2. Los cuatro muchachos de Babilonia
  3. El milagro de la niña
  4. Eliseo y la viuda
  5. Jesús y Zaqueo
  6. La historia de Job
  7. Jonás y la ballena

La historia de Nicodemo

Empezamos este recopilatorio de textos bíblicos con la historia de Nicodemo, un rico fariseo a quienes muchos judíos consideraban un maestro. Nicodemo tenía una gran barba blanca, arrugas como olas en la frente y aspecto de anciano y sabio. Aunque tenía mucha curiosidad por saber más de Jesús, el hijo de Dios del que todos hablaban, Nicodemo sabía que tenía que ir con cuidado al acercarse a él, pues los fariseos odiaban a Jesús.

Así pues, una noche, temiendo la reacción de Jesús, Nicodemo le fue a ver. Y Jesús, que nunca rechaza a nadie, le abrió las puertas de su casa.

-Jesús -le preguntó el maestro al profeta- he visto con mis propios ojos los milagros que haces y cómo la gente empieza a creer en ti. Pero yo soy un hombre viejo y me cuesta creer en estas cosas… ¿Cómo puedo alcanzar la salvación?

Entonces Jesús le respondió:

-Para entrar al Reino de Dios, tienes que nacer de nuevo.

Nicodemo quedó muy confuso ante tal respuesta. ¿Cómo podía un hombre viejo volver a nacer? ¿A caso no podría alcanzar la salvación jamás? El maestro, asustado, se fue a dormir… y una vez en su cama, se sumergió en un profundo sueño en el que era joven de nuevo y recibía, a la puerta de su casa, una bella túnica blanca como obsequio. Junto a ese regalo había solo una nota que decía: «Esto es un regalo para Nicodemo.. intenta no ensuciarlo».

Pero con el paso del tiempo, la túnica se ensuciaba más y más, y cada vez que Nicodemo se alejaba del camino correcto y cometía una mala acción, esta más se estropeaba. Una noche le llegó a casa la invitación para acudir al palacio del Rey, y puesto que no tenía vestimenta más preciada que esa túnica, fue la que decidió llevar a la velada.

Al llegar al palacio, Nicodemo vio que una gran multitud de hombres vestidos con túnicas similares esperaban delante de la puerta, esperando poder formar parte de ese delicioso banquete del Rey. Pero de pronto apareció por la puerta un mendigo que aseguró ser el hijo del Rey, afirmación a la que todo el mundo respondió con burla y desprecio. ¿Cómo vas a ser tu de la realeza, con las pintas que llevas? El indigente se dirigió entonces a Nicodemo, quien se había esforzado por mantener su túnica impoluta en los últimos meses, y le preguntó:

-¿Tú me crees?

Y Nicodemo respondió de corazón:

-Sí.

Entonces aquel mendigo se transformó en un hombre alto y elegante… ¡Era verdaderamente el hijo del Rey! Acto seguido, agarró la túnica de Nicodemo y la convirtió de nuevo en una tela blanca y resplandeciente, mientras que al resto les invitó a abandonar el lugar. El hijo del Rey perdonó así todas las malas acciones que Nicodemo había cometido durante su vida, y lo mostró entregándole esa resplandeciente túnica… efectivamente, fue como volver a nacer.

Cuando Nicodemo despertó del sueño, lo entendió todo: nacer de nuevo no tenía nada que ver con la resurrección, sino con empezar a creer de verdad y actuar bien, no perdiendo el camino adecuado. Esta historia nos demuestra que aunque todos cometamos errores, si verdaderamente tenemos Fe, encontraremos el camino de la salvación, como fue el caso de Nicodemo.

Historias bíblicas para niños - La historia de Nicodemo

Los cuatro muchachos de Babilonia

En un reino llamado Babilona gobernaba el Rey Nabucodonosor. Un día, el Rey decidió seleccionar a los hombres más sabios del reino para servir a su palacio, y de entre muchos otros hizo un llamamiento a cuatro jóvenes provenientes de Israel: Daniel, Mesac, Sadrac y Abednego. Para su instrucción dejaron a cargo a Aspenaz, uno de los guardias reales de Nabucodonosor.

Una vez en el palacio, los muchachos serían educados durante tres años junto a otros jóvenes de Babilonia para que pudieran servir a Nabucodonosor y ser dignos de él, de modo que el Rey obligó a Aspenaz a alimentar a todos los muchachos con carne de cerdo y vino para que crecieran fuertes y enérgicos.

Sin embargo, Daniel, Mesac, Sadrac y Abednego se negaron a ingerir esos alimentos, pues Jehová considera al cerdo un animal abominable y por ello los judíos no comen nunca su carne. Ante los intentos de Aspenaz por convencer a los muchachos de que siguieran las órdenes del Rey, los jóvenes decidieron proponerle una prueba:

-Nosotros cuatro vamos a comer sólo verduras y beber agua fresca durante diez días. Tras ese tiempo, podrás comprobar si hemos conseguido aumentar nuestra inteligencia y nuestra fuerza.

El guardián del Rey accedió a la prueba y, una vez pasados los diez días, comprobó sorprendido que los muchachos no sólo eran más sabios que el resto, sino mucho más rápidos e ingeniosos. Y es que Jehová, agradecido por la fe y la confianza que habían depositado los jóvenes en sus creencias, les obsequió con una inteligencia y una fuerza inigualables.

El Rey, como era de esperar, convirtió a los cuatro muchachos en sus ayudantes y pronto estos se convirtieron en los hombres más sabios de Babilonia, y todo gracias a su fe en Jehová. Así pues, la lección de esta historia se encuentra en la importancia de ser honestos con nuestros valores y nuestras creencias; los muchachos no traicionaron a su Dios, y eso les hizo ser más fuerte y buenos que nunca.

Historias bíblicas para niños - Los cuatro muchachos de Babilonia

El milagro de la niña

Si buscas una historia corta para niños que les haga reflexionar, presta atención a este texto del Nuevo Testamento que habla del milagro de la hija de Jairo. Jairo era un sabio religioso que creía en la palabra de Dios y se esforzaba por transmitirla al resto. Por eso, cuando su hija enfermó repentinamente, fue en busca de la única persona que sabía podría ayudarlo a sanar a su hija: Jesús.

Jairo encontró al hijo de Dios rodeado de gente en una calle, y de ahí empezaron a saltar las voces que anunciaban que la hija de Jairo había muerto. «¿Por qué molestar al Maestro?» le preguntaban a su alrededor «si tu hija ya está muerta, no hay nada que hacer».

Jairo cayó desplomado, llorando y lamentándose por la hija de su pequeña, pero Jesús se acercó a él y le pidió que tuviera esperanza, que creyese en él aunque fuese difícil. Ambos pusieron rumbo hacia casa de Jairo, donde una gran multitud lloraba encima del cuerpo de la niña… «¡Está muerta!» exclamaban todos mirando a la pobre pequeña. Cuando Jesús les dijo que no estaba muerta, que la niña solo dormía, se burlaron de él y lo tomaron por loco. «No le creas» le decían a Jairo, «¿No ves que ha muerto?»

Entonces Jesús echó de casa a todo el mundo excepto a Pedro, Santiago y Juan. Tomó de la mano a la pequeña hija de Jairo y le instó: «Tálitha cúmi», que significa «pequeña, a ti te digo: ¡levántate!». Entonces la niña se levantó y empezó a caminar, llenando de alegría los corazones de sus padres, quienes no podían creer el milagro.

Esta famosa segunda resurrección de Jesús según los Evangelios nos recuerda lo importante que es creer incluso cuando es difícil, incluso cuando los demás no tienen fe. No pierdas tú la tuya, pues al lado de Jesús los milagros son posibles.

Historias bíblicas para niños - El milagro de la niña

Eliseo y la viuda

Eliseo era un hombre muy devoto que viajaba por las ciudades ayudando a los pobres y a las personas necesitadas. En uno de sus viajes, pasó por una ciudad de nombre Betel donde conoció a una viuda que era muy pobre. Aquella mujer tenía muchas deudas con un acreedor, quien la amenazaba con convertir a sus dos hijos en esclavos como forma de pago. Eliseo quedó atónito con su historia y quiso ayudarla.

«¿Qué tienes en casa que pueda servir?» Le preguntó Eliseo a la mujer. Ella, apenada, le respondió que no tenía absolutamente nada, que su esposo la había dejado con deudas y que no tenía nada a ofrecer, solo le quedaba una vasija con un poco de aceite. «Dirígete entonces a casa de tus vecinos y pide prestadas otras vasijas, ¡tantas como puedas!»

La mujer no entendió esta orden, pero Eliseo le pidió que confiase en ella y que tuviera fe en la palabra del Señor, así que ella obedeció. Pidió prestadas vasijas a sus buenos vecinos, que sabían el mal momento por el que estaba pasando la viuda, y una vez hubo reunido todas las vasijas, Eliseo se acercó y una vez más le preguntó si tenía fe en Dios. La viuda contestó de corazón que sí, que la tenía.

Entonces ocurrió el milagro: Eliseo multiplicó el poco aceite que había en esa última vasija hasta rellenar todas las demás, y ante la mirada de sorpresa de la viuda acabó llenando todos los utensilios que le habían dejado los vecinos. «Si crees realmente, Dios no te abandonará. Así que ahora ve al mercado y vende todas estas vasijas de aceite».

La mujer obedeció y en poco tiempo consiguió vender todo el aceite, alcanzando la suma de dinero que necesitaba para pagar sus deudas. Gracias al milagro de Eliseo y a su propia Fe, la viuda pudo volver a casa con sus hijos y vivir feliz. Hay pocos pasajes bíblicos que hablen tan claramente de cómo la fe mueve montañas

Historias bíblicas para niños - Eliseo y la viuda

Jesús y Zaqueo

Otra de las grandes historias de la Biblia para reflexionar es esta; el siguiente texto del Nuevo Testamento tiene como protagonista a Zaqueo, un cobrador de impuestos de la ciudad de Jericó, un hombre muy rico que a menudo obtenía ganancias injustamente de todo lo que recaudaba.

Un día, Jesús pasó por Jericó y Zaqueo fue emocionado a verlo; sin embargo, al ser un hombre realmente bajito, tuvo que subirse a un árbol para poder apreciar al hijo de Dios entre la multitud. Al mirar hacia arriba, Jesús le vio y espetó:

-Bájate rápidamente, Zaqueo, pues hoy es necesario que me aloje en tu casa.

El hombre, emocionado, bajó apresurado del árbol y se mostró muy gozoso de que el Profeta hubiera elegido su casa para su estancia. Sin embargo, la multitud parecía descontenta al ver a Jesús teniendo buenos gestos con un hombre tan avaricioso al que consideraban pecador. Fue entonces cuando, para sorpresa de todos, Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor:

-A partir de ahora voy a entregar todos mis bienes a los pobres y a devolver por cuadruplicado todas las cosas que he defraudado.

Jesús se alegró mucho al escuchar estas palabras de Zaqueo, y ante la mirada atónita de todos los presentes pronunció las siguientes palabras:

-Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.

¿Qué podemos aprender de esta maravillosa historia? No solo que Zaqueo fue consciente frente al hijo de Dios de todos los errores que había cometido, sino que Jesús le otorgó la salvación, igual que perdonó a los pecadores que se arrepentían de sus malas acciones y se esforzaban por hacer el bien.

Historias bíblicas para niños - Jesús y Zaqueo

La historia de Job

Una historia interesante que aparece en el Antiguo Testamento es la de Job, un ganadero que vivía una vida apacible junto a su esposa y sus diez hijos. Todas las mañana agradecía a Dios por la vida tan alegre que le había dado y mostraba una gran Fe en el Señor. Pero la buena suerte de Job no tardó en despertar la envidia del Demonio, quien fue en busca de Dios para decirle lo siguiente:

-Estoy seguro de que si la vida de Job se desmoronase, dejaría de creer en ti y renegaría de tu palabra al igual que hacen muchos hombres- un comentario envenenado al que Dios respondió:

-Job es una buena persona y por muchas dificultades que pongas en su camino, siempre me será fiel. Si eliges arruinar su vida, adelante, pero que sepas que por muchos obstáculos que le pongas, él siempre confiará en mí y no perderá su Fe.

El Demonio se puso manos a la obra y comenzó a complicar la vida del pobre Job. Primero le arrebató su ganado, luego a sus hijos y por último su salud. Sin embargo, y a pesar de sus desgracias, Job siguió creyendo fielmente en Dios, buscando consuelo en él y provocando la ira de Satanás, que no pudo cumplir al final su propósito.

Entonces el Señor, agradecido por toda la fe que Job había depositado en él a pesar de las desgracias, le recompensó devolviéndole todo aquello que el Diablo le había arrebatado: multiplicó su ganado e hizo que él y su esposa tuvieran diez hijos más, demostrando así que Dios nunca te dejará de lado y que tu bondad será recomensada.

Si algo debes sacar de estas historias de la Biblia para niños y adultos es lo siguiente: ten fe, aunque las cosas se pongan en tu contra y no te queden fuerzas para seguir… confía en él y todo valdrá la pena.

Historias bíblicas para niños - La historia de Job

Jonás y la ballena

Una de las historias cristianas para niños más relevante sigue siendo la de Jonás y la ballena. Tanto si buscas historias bíblicas para jóvenes como para adultos, estos cuentos son magníficas opciones; sin embargo, para que puedas acercar los aprendizajes cristianos a los más pequeños, te presentamos aquí la historia de Jonás para niños adaptada:

Un buen día, Dios le pidió a Jonás el profeta que fuese a Nínive a predicar la buena palabra del Señor y a advertirles que un oscuro futuro les depararía si no cesaban su mal comportamiento. Pero Jonás sabía que Nínive era una ciudad pecaminosa y no quería ayudar a sus habitantes, de modo que en vez de hacer caso a Dios, corrió hacia un barco que zarpaba esa misma noche a otro lugar.

Pero al poco tiempo, Dios mandó una gran tormenta que lanzó el barco de un lado a otro, y los pasajeros, asustados, empezaron a tirar por la borda todo su equipaje para intentar salvarse. Jonás confesó que la tormenta era su culpa, pues Dios le castigaba por no haber seguido su palabra, y admitió al resto de pasajeros que si lo tiraban por la borda, todo volvería a la normalidad.

Y así sucedió… pero Jonás se ahogaba, no podía volver a la superficie, y fue entonces cuando un gran pez llegó y se lo tragó, evitando así que se hundiera. Durante el tiempo que pasó en la barriga de la ballena, Jonás oró y le agradeció a Dios su gesto, y después del tercer día, Dios lo dejó salir. Le pidió entonces de nuevo que fuera a Nínive… y esta vez Jonás obedeció.

No solo fue Jonás a la ciudad pecaminosa y les dio lecciones a todos sobre la importancia de no desviarse del camino correcto de Dios, sino que pronto, todos los habitantes de Nínive se dieron cuenta del mal que estaban causando a los demás, a Dios y a ellos mismos con su comportamiento. Arrepentidos y avergonzados, pidieron perdón por sus acciones y Dios les perdonó… pero Jonás, que tenía mucha rabia hacia ese pueblo, no quería que se salieran con la suya y siguieran como si nada, sin ser castigados por el Señor, así que enojado se fue hasta lo más alto de una montaña.

Fue entonces cuando Dios se acercó a él y le conto que Él era un Dios de amor, y que todo el mundo merecía su misericordia y su cariño. Las historias de la Biblia para reflexionar como esta nos recuerdan que Dios es sabio y comprensivo, y que no quiere destruir a los que hacen el mal, sino darles una nueva oportunidad para que sean mejores personas.

Si quieres descubrir más temas para niños cristianos, en este artículo de Preguntas bíblicas con respuestas encontrarás muchas ideas perfectas para reflexionar. Y si quieres más cuentos cristianos para niños, te recomendamos Explicar el milagro de Jesús de la conversión del agua en vino, uno de los episodios más importantes del Libro Sagrado.

Historias bíblicas para niños - Jonás y la ballena